Deben invertirse 10 mil millones de dólares en energías limpias

La Agencia Internacional de Energía dio a conocer que sería necesaria una inversión de 10 billones de dólares durante los próximos 20 años en energías renovables, biocombustibles y energía nuclear, para estabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero.
La agencia, que asesora en materia de energía a 28 países industrializados, advirtió que si los gobiernos no se comprometen a realizar una inversión para reconformar el sector, las emisiones de gases de efecto invernadero se duplicarán por encima de los niveles de seguridad.
El sector energético -que comprende los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) usados en la industria eléctrica y vehículos de combustión- es responsable del 85 por ciento de las emisiones mundiales de dióxido de carbono.
La organización estima que si el dinero se invierte en la tecnología adecuada, podría lograrse que la temperatura mantenga su aumento por debajo de los dos grados Celsius, nivel en que la mayoría los científicos consideran que el cambio climático produciría graves consecuencias. Por esa razón, la Agencia recomienda invertir hasta el año 2020 para aumentar la eficiencia energética, incentivar el uso de energías renovables y los biocombustibles.
En la década siguiente, los esfuerzos podrían dirigirse más a la energía nuclear, la captura y secuestro de carbono. La AIE pide que para 2030, el 33 por ciento de la energía provenga de fuentes renovables, incluyendo la energía nuclear, lo que significaría la construcción de 18 reactores nucleares y 17 mil molinos de viento cada año. Asimismo, casi el 60 por ciento de los vehículos en todo el mundo tendría que ser híbrido o eléctrico.
El mensaje de la Agencia es contundente: si el mundo continúa con la energía de hoy, las consecuencias del cambio climático serán graves. Según el director ejecutivo de la AIE, Nobuo Tanaka, la energía está en el corazón del problema, por lo que debe ser el núcleo de la solución.
El informe de la AIE fue presentado en el marco de las negociaciones sobre el cambio climático de las Naciones Unidas, que trabaja en la creación de un nuevo acuerdo que reemplace o dé nueva vida al Protocolo de Kyoto, que concluye en 2012.
Los líderes mundiales esperan los resultados para forjar un nuevo acuerdo en diciembre en Copenhague, pero los países industrializados aún no se comprometen a financiar las tecnologías limpias y todas las medidas necesarias para generar una economía baja en emisiones de carbono.
La agencia considera que las tres cuartas partes de su plan deberían ser financiadas por los países industrializados, y que más del 40 por ciento de ese dinero se gastaría en los países pobres y principalmente en China porque este país podría, por sí solo, reducir para el 2020 una tercera parte las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
Y aunque el plan requeriría, entre otras cosas, de una gran revolución entre los fabricantes de vehículos y se estima que éstos sólo cambiarán sus planes de negocio si reciben una señal de Copenague, empiezan a verse con optimismo algunas señales enviadas por los gobiernos de China y de los Estados Unidos, que presentaron algunas propuestas para eficientar el gasto energético de los vehículos nuevos.
El informe de la AIE fue recibido por la mayoría de los delegados a las Pláticas de Bangkok con cierto optimismo y como un claro recordatorio de que los negociadores deben dejar de lado las diferencias para poder llegar a un acuerdo en las cuestiones fundamentales.

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