Piden considerar los impactos transfronterizos de los ecosistemas


Los países vecinos comparten ecosistemas, especies migratorias y servicios, por lo que las políticas transfronterizas deberían considerar los impactos simultáneos negativos y sus consecuencias en el bienestar social de sus habitantes. En un trabajo publicado recientemente en la revista Frontiers in Ecology and the Environment, un grupo de investigadores de la Universidad de Arizona y de la Universidad Nacional Autónoma de México coinciden en que las acciones y políticas aceptadas en un país pueden afectar los ecosistemas y sus beneficios en el país vecino. “Actualmente existe una visión reducida de los problemas ambientales transfronterizos; hay una falta de entendimiento integral del funcionamiento de los ecosistemas, de sus especies y de los servicios que las poblaciones humanas obtienen de ellos. La protección ambiental podría incrementarse si las políticas transfronterizas se enmarcan en términos de intereses mutuos dados por ecosistemas compartidos y decisiones que van más allá de las fronteras políticas”, opinó Patricia Balvanera, coautora del trabajo y académica del Centro de Investigaciones en Ecosistemas de la UNAM. La investigación, encabezada por Laura López-Hoffman, con la colaboración de Robert Varady y Karl Flessa, académicos de la Universidad de Arizona, y de Patricia Balvanera, de la UNAM, presenta tres estudios de caso que demuestran que los servicios ecosistémicos tienen impactos más allá de las fronteras vecinas. El primero es el caso del Canal Todo Americano, construido en 1942 para distribuir agua del río Colorado en los Estados Unidos para las actividades agrícolas del Valle Imperial y la ciudad de San Diego, California. A la fecha, el canal tiene impacto al sur de la frontera pues su agua infiltra a un acuífero del Valle de Mexicali, en Baja California, asegurando el mantenimiento de la actividad agrícola e industrial en Mexicali, así como la conservación de los humedales de la Mesa de Andrade.
Esta infiltración representa aproximadamente un 10 por ciento de la recarga anual del acuífero por lo tanto, cualquier acción que modifique el estado actual de esta distribución de agua en Estados Unidos tendrá un efecto en el lado mexicano. Si las decisiones políticas tomaran en cuenta una perspectiva de los ecosistemas, los servicios y su relación con las acciones y políticas, se podría construir entre ambas naciones, un tratado binacional de aguas subterráneas.
Los otros dos estudios de caso se relacionan con especies migratorias que proveen servicios reguladores y culturales a las comunidades humanas. Las poblaciones de murciélagos polinizadores que comparten México y Estados Unidos brindan beneficios para la producción de Tequila. Sin embargo dos especies del género Leptonycteris están amenazadas y se encuentran listadas en el libro rojo de la Unión Internacional de Conservación y en la NOM 059-Ecol-2001, debido a la destrucción de su hábitat natural en cuevas por actos de vandalismo, construcción de carreteras y desarrollos urbanos. La polinización por murciélagos es indispensable para mantener la variabilidad entre las plantas de agave y su éxito puede prevenir importantes pérdidas económicas asociadas con enfermedades propias de la planta. Actualmente existen varios esfuerzos de colaboración entre organizaciones civiles internacionales y los productores de agave en la frontera norte de México. El tercer estudio explica la importancia de ejercer políticas públicas en relación con la conservación de la mariposa monarca que migra de Canadá al centro-occidente de México. Las mariposas monarcas están seriamente amenazadas por las actividades ilegales de tala inmoderada de bosques de viejo crecimiento y a la intensa agricultura que actualmente se desarrolla en los Estados Unidos y en Canadá.
En los últimos diez años, las actividades de ecoturismo emprendidas por las comunidades ledañas a la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca en México, se han incrementado debido al interés de los visitantes por presenciar este fenómeno natural, por lo que los autores proponen que los esfuerzos de conservación se extiendan a toda la zona de distribución de las especies, desde Canadá hasta México.
Para ello, se deberían incluir acciones enfocadas a los tomadores de decisiones locales en México y a regular las actividades agrícolas en los países del norte.
Con base en estos estudios, los autores proponen que las políticas ambientales se fundamenten en las escalas ecológicas entre países y se delimiten por el tamaño de los ecosistemas o por la escala de los procesos ecológicos y los servicios ambientales. Por lo tanto, las estrategias enfocadas al manejo sustentable de los servicios ecosistémicos transfronterizos son urgentemente requeridas. El concepto de servicios ecosistémicos puede ser utilizado como un principio para organizar y jerarquizar políticas ambientales porque engloba la conservación en términos de intereses mutuos, considera a una diversidad de tomadores de decisiones, se toman en cuenta las interacciones entre los servicios que los ecosistemas proveen y monitorea a los agentes del cambio como el uso de la tierra en un país o en otro. Para más información contactar a: lauralh@email.arizona.edu López-Hoffman L., R. G. Varady, K.W. Flessa y P. Balvanera. 2009. Ecosystem services across borders: a framework for transboundary conservation policy. Frontiers in Ecology and the Environment. Página web: http://www.esajournals.org/toc/fron/0/0?cookieSet=1

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