Desarrollo turístico no sustentable en las costas del noroeste mexicano: Alcosta


Los Cabos, Baja California Sur, y Puerto Peñasco, Sonora, tienen el ritmo de crecimiento poblacional más alto del país, del nueve por ciento anual, lo que ha generado un desarrollo costero no sustentable con el medio ambiente, señaló la Alianza para la Sustentabilidad del Noroeste Costero -Alcosta-.
En el marco del Foro Desarrollo Regional y Sustentabilidad, realizado en La Paz a finales de agosto, mostraron los impactos que la actividad inmobiliaria ha generado en la región, por el crecimiento urbano desmedido, según un monitoreo realizado por Alcosta en 26 localidades de Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa y Nayarit.
Los expertos indicaron que en el noroeste mexicano se ha impulsado la actividad turística convencional, basada en la construcción de grandes hoteles y condominios asociados a campos de golf y marinas, obras que deterioran los valores ambientales, sociales y culturales de la región, por lo que pierden competitividad frente a otros destinos nacionales.

“El desarrollo turístico en la costa noroeste de México no es sustentable en términos ambientales y sociales, ni competitivo en materia económica y de inversión a largo plazo.
Y advierte que “ante el auge de inversión en el sector inmobiliario y turístico, presentado como la mejor alternativa económica para la región, surge ya creciente probabilidad de conflictos entre distintos sectores de la sociedad por el acceso a recursos de uso común como el agua, el suelo, las áreas de pesca y de atraque, entre otros”, señaló René Córdova, coordinador ejecutivo de Alcosta.
Por su parte, el doctor Luis Arturo Rivas, del Centro Mario Molina, señaló que el modelo de turismo impulsado en México es discriminatorio para los nacionales, quienes son contratados como sirvientes, camareros y albañiles, con sueldos muy bajos. Además, viven en ciudades sucias y mal planeadas, sin áreas verdes, y sólo pueden ver de lejos los campos de golf y marinas propiedad de estadunidenses jubilados y mexicanos ricos.
Alcosta considera inaceptable atraer inversiones y generar empleos mal pagados, por lo que propuso un nuevo modelo de desarrollo turístico, socialmente aceptable, financieramente viable y competitivo a corto y largo plazos.
El modelo actual reproduce la estructura de desigualdades de la sociedad y crea un déficit social y ningún beneficio para las poblaciones locales, lo que se agrava por el hecho de que los nuevos desarrollos se levantan en zonas costeras y sobre las dunas de arena, lo que aumenta la vulnerabilidad de la región ante el cambio climático, e incrementa el riesgo de impacto de fenómenos meteorológicos como huracanes, inundaciones y la elevación del nivel del mar.

Para el Dr. Arturo Santamaría, de la Universidad Autónoma de Sinaloa, otro riesgo que enfrenta la región es la inmigración de pensionados norteamericanos, al grado que se estima que en los próximos años podrían llegar hasta 4.5 millones de estadunidenses, que generarán una fuerte demanda de servicios.

Existe otro tipo de turismo, con un importante crecimiento anual, que valora los espacios geográficos y culturales bien conservados como la región Noroeste del país”, aseveró Lorenzo Rosenzweig, director ejecutivo del Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, organismo que financió el estudio de Alcosta.
Por su parte, la diputada federal Yolanda Garmendia indicó que la Cámara Baja trabaja en una nueva Ley General de Turismo para lograr el ordenamiento de la actividad turística en México.

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