
De
conformidad con un acuerdo alcanzado con la Misión de monitoreo
reactivo de la UNESCO/UICN, a mediados de enero, las autoridades
publicaron en la Gazeta Oficial el plan de ordenamiento pesquero para el
Parque Nacional Coiba y Patrimonio de la Humanidad en la costa del
Pacífico de Panamá aprobado previamente por el consejo directivo del
Parque Nacional Coiba. Los socios, incluyendo al Instituto Smithsonian
de Investigaciones Tropicales, la Universidad de Panamá y la Autoridad
Nacional del Ambiente de Panamá (ANAM), desarrollaron la estrategia cuyo
objetivo es una mejor protección de la fauna marina amenazada de Coiba.
"Es un plan biológico y socioeconómico construido sobre datos
científicos, que fue acordado con los pescadores e incluyó aportaciones
de todos los sectores", comentó Juan Maté, gerente para asuntos y
operaciones científicas del Smithsonian en Panamá y coordinador del
proceso de planificación. Las nuevas regulaciones incluyen límites de
capturas, especificaciones para los artes de pesca y vedas temporales y
espaciales. Este, es el plan más completo de su tipo en Panamá y también
regula la pesca deportiva y servirá de ejemplo para otras áreas marinas
protegidas de la región.
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Coryphaena hippurus
Las
exportaciones de productos pequeros en Coiba se basan en la pesca
artesanal y tienen un valor de $1 millón al año y sostiene a unos 1,000
residentes locales. Los estudios realizados por la Universidad de Panamá
muestran que el tamaño del pargo disminuyó en Coiba durante los últimos
tres años, lo que pone en evidencia la urgencia de aprobar el tan
esperado plan de gestión.
El plan establece una zona de veda que abarca 1.8 millas náuticas
alrededor de las costas de las islas en el área marina protegida a fin
deproteger las zonas de reproducción de peces. También establece los
tamaños mínimos de los anzuelos para las especies objetivo. Esto es
especialmente importante para los pargos, ya que los juveniles son a
menudo capturados con anzuelos más pequeños. Los juveniles generan
mayores ingresos en los mercados internacionales que sus contrapartes
más grandes, ya que son más presentables en platos culinarios, pero como
resultado, debido a que se atrapan antes de que tengan oportunidad de
reproducirse, las poblaciones de pargo han disminuido. Las especies de
mero, mahi-mahi (dorado) y especies de peces de pesca deportiva también
están cubiertas por la normativa.
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Epinephelus acanthistius
El
plan se basa en un estudio de tres años lanzado poco después de que
Panamá declaró a Coiba como parque en el 2004, con fondos de la
Fundación de las Naciones Unidas a través de la UNESCO y Conservation
International. Para entender mejor las prácticas de pesca locales, los
investigadores utilizaron embarcaciones tradicionales para el estudio.
Sus hallazgos incluyen datos sobre las capturas anuales de peces,
lugares preferidos por los pescadores y la época del año cuando ciertos
peces son capturados normalmente. Los desembarcos en Puerto Remedios y
Puerto Mutis fueron monitoreados también durante este período. El
estudio también produjo los primeros datos sobre la biología de las
especies de pargo en Coiba. El pargo se reproduce en las aguas del
parque entre enero y abril, lo que en estos momentos representa la
temporada de veda para estas especies.
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Lutjanus peru
Con
el financiamiento de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e
Innovación de Panamá (SENACYT), los investigadores de la Universidad de
Panamá, liderados por Ángel Vega y Maté, del Smithsonian observaron en
el parque sitios de desove masivo de pargos, lo que coincidió con el
período de veda establecido por la nueva normativa.
"La ciencia es una parte importante del proceso", comentó Maté. "Ahora
que los reglamentos han sido aprobados, deben aplicarse plenamente para
restaurar y mantener la integridad ecológica de este Patrimonio de la
Humanidad."
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