La producción energética está llamada a aumentar sensiblemente en los
próximos años, sobre todo en las economías emergentes, pero esta
creciente demanda de energía podría tener como consecuencia la escasez
del agua necesaria para producirla.
El informe, titulado ‘Agua y energía’, señala que explotar, transportar
o tratar el agua son operaciones que precisan energía y que la
extracción de carburantes fósiles y la producción de electricidad
requieren enormes cantidades de agua.
El estudio señala la interdependencia entre el agua y la energía.
El estudio señala la interdependencia entre el agua y la energía.
De hecho, recalca que las políticas elegidas en uno de estos sectores repercuten en el otro, pues la sequía exacerba las crisis energéticas, en tanto que la imposibilidad de acceder a la red eléctrica limita las posibilidades de regar.
La investigación subraya que la producción energética representa casi
un 15% de las extracciones de agua, proporción que aumentará
sensiblemente hasta 2035 por al crecimiento demográfico, la urbanización
y la evolución de los modos de consumo, en particular en China e India.
El informe de la Unesco indica que numerosas regiones del mundo están
ya confrontadas a una escasez de agua y el alza de la demanda energética
puede intensificar aún más el problema, en particular en las regiones
áridas.
En este sentido, el informe aboga por una revisión de las políticas
tarifarias porque el precio del agua, un recurso generalmente
considerado como un ‘don de la naturaleza’, rara vez refleja su coste
real, así como por una mejor coordinación de los servicios de agua y
energía y una mayor implicación del sector privado.
El Informe de Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos
Hídricos en el Mundo es fruto de la colaboración de los 31 organismos
que forman ONU Agua y fue elaborado por el Programa de Evaluación de los
Recursos Hídricos, dirigido por la Unesco.
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